Semilla
Un deseo de ser árbol
hace tiempo está guardado
en una cajita tibia
como un pan recién horneado.
El deseo crece adentro,
como un bebé en panza llena,
hasta que el viento lo llama
y lo recibe la tierra.
Se zambulle muy contento:
le crecen brazos y piernas,
un tallo largo y delgado
y brotes con alma tierna.
Un deseo de ser árbol
de a poco se despereza:
reguemos pronto la tierra,
porque esto recién empieza.
jajaja, esta buenisimo!!
ResponderEliminarde donde sacaste que te llevas mal con la poesia?
¡Me en-can-tó!
ResponderEliminar¡Precioso, María Inés!
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